
Mi Kabbala – Shevat 19, 5785 – Lunes 17 de enero del 2025.
¿Raíces?
El Texto de Textos nos revela en Génesis 9:19, “Estos tres fueron los hijos de Noé, y de ellos se pobló toda la tierra”.
El concepto de raíz, עבר, heber, cruce al otro lado, nos presenta desde la gematría diversas interpretaciones siendo una en especial la que nos recuerda que estamos fijados a una tierra de la cual extraemos todas las sustancias y nutrientes que necesitamos para existir, visión que además nos habla de nuestra esencia, lo que implica comprender que nuestras raíces se alimentan de esta divinidad, la cual además es la que nos sostiene, recordándonos así quién es el que nos nutre y de quien dependemos, raíces de las que nos habla nuestro ADN que tomado del polvo de la tierra nos reitera que Él soplo para que Su Espíritu le diera vida a nuestro ser.
Desde el momento en que fuimos creados se nos doto de una voluntad, la cual Adán y Eva terminaron obviando y fruto de su desobediencia caímos en este mundo del pecado, que sin embargo cumple el rol de moldearnos, yatzar, יצר, siendo indispensable que nos mantengamos en sus raíces, respetando sus mandatos, esos que obviamos por desconocer que sin la guía de Él nuestros pasos pierden el sentido trascendente, desviándonos de ese plan original que quiere vincularnos con Su amor gracias a esas interacciones e interrelaciones interdependientes en las cuales debemos forjarnos.
Dentro de toda la simbología que se extrae del Texto de Textos se nos presenta al árbol del conocimiento del bien y del mal así como al tentador y unos frutos del pecado que difieren de los del Árbol de la Vida: nuestro Señor Jesucristo, quien nos guía a través de las diez esferas, sefirot y sus 22 senderos hacia Él, para lo cual a diario necesitamos el acercarnos a su Palabra y gracias a ella a esa dimensión que nos reintegrara a través de Su obra, fe que nos reintegra a nuestro estadio original, baná, בנה, ese que necesita del despertar de nuestra alma para reencontrarnos.
Las Sefirot, Sefirá, emanaciones, diez atributos a través de las cuales el Ein Sof, el Infinito se revela a sí mismo y crea continuamente, tanto el reino físico como la cadena de los reinos metafísicos superiores, sirve para llevarnos a comprender el funcionamiento interno de una creación en donde el Árbol de la Vida se convierte en fundamento de nuestra Fe a través de la cual asimilamos esa Su voluntad como el sendero correcto para actuar dándole así a nuestras coexistencias esa fuerza producto de Su inteligencia, biná, בינה, para aclarar nuestro entendimiento haciéndonos consientes de nuestras inconciencias.
Habacuc, חֲבַקּוּק, de jabaq, abrazar, como profeta, nos llama a buscar la Voluntad, Ratzón de nuestro Padre Celestial, la cual precede a todo, ya que ella es el comienzo de la iluminación, lo que llevado a nuestro día a día como creyentes nos invita a que conforme a lo enseñado por algunos de esos ancestros, reorientemos nuestro libre albedrio hacia Él, llave, para que esa puerta estrecha nos permita el acceso para lo cual solo se necesita que nuestras decisiones cotidianas que son reactivas o pasionales, sean cogobernadas por esa esencia que iluminada por las chispas de luz de Su palabra aclaran nuestros pasos.
El Texto de Textos nos revela en Hechos 26:6, “Y ahora soy sometido a juicio por la esperanza de la promesa hecha por Dios a nuestros padres”
Oremos para que nuestra voluntad este conforme a Sus enseñanzas.