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Mi kabbala – Tamuz 7 – sábado 13 de julio del 2024.

¿Contrariedades?

El Texto de Textos nos revela en Proverbios 12:26, “El justo es guía para su prójimo, pero el camino de los impíos los extravía”.

La Biblia nos invita a ver en lo adverso o las pruebas, oportunidades de crecimiento y mejoramiento y no, castigos, sin embargo, regularmente esos llamados de atención que nos ofrecen nuestras cotidianidades, los desdibujamos, convirtiéndoles en resentimientos que aunque pudiéramos vislumbrar desde otra perspectiva, los disfrazamos de desmotivaciones y quejas, שִׂ֫יחַ, siach, que incluso nos alejan más del Creador, cuando lo que debemos es encontrar en Él esa paz interior que con su armonía nos posibilita el profundizar en la trasformación de todo aquello que estando en nuestras manos para cambiar no revisamos conscientemente.

En el alfabeto Hebreo la décimo octava letra es, Tzadi צoץ, símbolo que nos habla de: lo de al lado, lo lateral, lo cual algunos creyentes asocian también con el brazo o hasta con los adversarios, sin embargo una nueva mirada nos invita a ser capaces de vislumbrar en su ideograma, al costado, al ancla, al anzuelo, al arpón, a lo justo, ello porque su trazado denota una escultura con dos cabezas, formada por dos letras Yod que se enfrentan y que evocan dicha dualidad, lo andrógino, como los dos serafines que están cara a cara en el arca de la Alianza, para proyectarnos que todo se complementa y articula, por lo cual el valor en gematría de este símbolo es de 90 a צ y 900 a ץ.

Relectura que nos permite entender que para conquistar, כּוֹבֵש, kovesh, algo primero se hace necesario conocerlo y comprenderlo, lo que a su vez nos llama a través de dichos símbolos a reencontrarnos con esa línea que nos vuelca para compartir un mundo que solo es de transición, dimensión paralela que explica la sublimación que se requiere para acceder a ese otro nivel de existencia y de consciencia, cambio de ciclo o transformación que no solo se da por el proceso de la muerte, que conducirá hacia una existencia espiritual, sino que requiere nuestra evolución a través de una cadena de relaciones que incluso permitirán que más almas se integren a la Obra a través de nosotros mismos.

Todos los símbolos que leemos como letras nos dan señales de los misterios divinos así algunos prefieran interpretar a través de estas expresiones, otras visiones, dándole más énfasis a sus propias creencias, cuando Él clama porque entendamos que este mundo solo subsiste si nos reencontramos con Él como seres justos de esos pocos que se dan en la tierra, un treinta y seis por ciento según el Texto Bíblico, tarea que nos incita a ver en este mundo presente un paralelo con el futuro, hacia le eternidad, עַד, ad.

Al aprender a asociar símbolos, letras, signos y todo lo que suponemos nos habla de sus señales, אוֹת, oth, debemos tener la precaución de admitir que en este mundo de imaginarios hemos estado alejados de Él por nuestras milenarias ignorancias ligadas a creencias oníricas de los sueños y ensueños de Él, siendo necesario realinearnos incluso a través de nuestros instintos para escuchar a nuestro Creador y retroalimentarnos de sus manifestaciones las cuales nos invitan a depender menos de lo emotivo y las percepciones adversas que nos alteran y propender para que nuestra razón se alimente de Su palabra.

El Texto de Textos nos revela Judas 1:2, “misericordia y paz y amor os sean multiplicados”.

Oremos para que cada llamado de atención de Él sea atendido por nosotros.