
Mi Kabbala – Tevet 15, 5785 – Martes 14 de enero del 2025
¿Fluimos?
El Texto de Textos nos revela en Éxodo 34:6, “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad”.
El Árbol de la vida nos enseña a través de la sefirot Jesed, חסד, del verdadero amor, ese del cual nos distanciamos tanto al confundirlo con nuestros fluires emocionales limitados lo que nos lleva a la vez a consolidar otro tipo de polaridades humanas que reconocemos como resentimientos, lo que hace más que necesario que entendamos esos procesos en donde el amor nos va enseñando de desapegos, de la importancia de dar, de esa necesidad de corregir lo que hacemos de forma incoherente y por lo tanto de dejar que sea ese vínculo perfecto el que nos integre a nuestro padre Celestial a través de Su obra.
La palabra hebrea para referirnos al amor, ahav,אהב, nos enseña a través de esas letras, (אב): alef, א,jefe y bet, ב, casa, que al unirse nos vinculan con el padre, razón de peso para que todo nos invite a llamarle, abba del arameo, ab, que al sumarle la, heh, ה, nos hablan de Su aliento de vida, del Espíritu Santo, de ese amor que como fluir es el que nos da vida, integrándonos con todo lo creado, lo que además se traduce en que ese vinculo es el que guía nuestras vidas, asi que debemos corresponder a ese compromiso inquebrantable, a ese pacto que Él hizo con nosotros y que se mantendrá eternamente pese a nuestras desobediencias y menosprecio.
La Biblia esta llena de propuestas que nos inspiran a entender el amor como el principal propósito de nuestro corto proceso terrenal, sin embargo pareciera que al respecto de esta palabra no hemos podido lograr una interpretación más consecuente que la que nos lleva a confundirla con un sentimiento, ese a través de la cual deberíamos permitirnos consolidar una cotidianidades más fraternales, en donde nuestros pensamientos, palabras y acciones estén llenos de ese amor verdadero, el cual se homologa a esa bondad divina que entendida desde Su misericordia, promueve una serie de valores que parecen lejanos en sociedades en donde priorizamos el valor, pero del dinero, שקל, shekel .
En el Cantar de los Cantares, שִׁיר הַשִּׁירִים, Shir Hashirim, encontramos una proyección de ese amor que nos confronta, frente a lo que predicamos a diario y que solo estimula nuestras emociones, convirtiendo este fluir por momentos en algo adverso, lo que implica que volver a Su mensaje salvador, que nos reitera que el amor no espera nada a cambio, que solo da, ya que ese vínculo se mantiene en firme aunque la otra parte no se ocupe de devolverlo, quizá por ello es tan difícil para nuestra humanidad el comprender que Él se colocó en nuestra baja condición humana, por amor, denotándonos que el único camino de retorno es esa fe que se expresa a través del verdadero amor.
Amor que parte del carácter de nuestro Creador bondadoso de Él y que fluye a través de Su Palabra por lo que no varía, es inalterable y nos sigue guiando hasta que voluntariamente comprendamos todo lo que implica ese vinculo que nos integra y aísla a la vez de esos resentimientos mundanos que cogobiernan nuestras relaciones esclavizándonos temporalmente a sentimientos que necesitan nos nutramos de Jesed, si de ese servicio fraternal que afecta directamente nuestro corazón, lev, לב y vida.
El Texto de Textos nos revela en Mateo 9:13, “Pero vayan y aprendan qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”.
Oremos para vivir irradiando ese Su amor.