Mi Parashá – Bereshit 1.1
“Bereshit” puede descomponerse en dos partes: “Be” (בְּ), que significa “en”, y “reshit” (רֵאשִׁית), que significa “principio” o “cabeza”. Por lo tanto, el “principio” no es solo un momento en el tiempo, sino el origen de todas las cosas, la semilla de la creación.
Este concepto abarca la totalidad de la existencia, sugiriendo que todo lo que vendrá después ya está contenido en este “principio”; por ende, somos eternos. Además, el concepto de “cabeza” nos lleva a la mente del Creador como el espacio desde el cual nace Su palabra.
El verbo “bara” se refiere a la creación ex nihilo, es decir, la creación a partir de la nada, un acto creativo exclusivo de Él, en el que se manifiesta Su ser infinito desde lo finito, como expresión de Su potencial que da origen a toda la realidad. Por lo tanto, todo lo creado es una manifestación de Su voluntad.
“Elohim”, como atributo de justicia y poder, nos lleva a vislumbrar en la multiplicidad de fuerzas del universo Su unidad, Su divinidad. En hebreo, “Et” es una partícula que se utiliza para indicar que lo que sigue es el objeto directo del verbo; por lo tanto, este símbolo abarca todo el alfabeto hebreo, desde la primera letra (א) hasta la última (ת), lo que implica que todo el conocimiento, todas las letras y todo el lenguaje están contenidos en el acto de creación.
Es un recordatorio de Su omnipresencia y Su totalidad, que se proyecta como dualidad para crearnos en pro de nuestra voluntaria unificación. Es la integración de los opuestos para alcanzar Su armonía, un proceso de crecimiento que debe llevarnos a un mayor conocimiento de Él y de cómo cada elemento de la creación está interconectado con Su palabra y voluntad.