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Mi Parashá – Génesis 2:22

Una vez que el Creador terminó su proceso con Eva, llamándonos a la unidad luego de su fragmentación, nos dejó clara la necesidad de nuestra complementariedad en todo. Por lo tanto, expresiones como “construir” וַיִּבֶן (Va-yiven) nos invitan a asumir el proceso de creación desde su estructuración, es decir, entendiendo que la mujer, al ser un ser construido, tiene un propósito y una función específica dentro de la creación: construir vidas, dar a luz, guiar a esos hijos y fomentar la unificación.

La misma expresión “costilla” desde otra lectura אֶת־הַצֵּלָע (et-ha-tzela), צֵּלָע (tzela), nos indica que, al ser fragmentos, necesitamos sumarnos, unir nuestras partes, siendo Eva, en el caso de Adán, “la otra mitad”, creada para estar junto a él y ayudarle en ese propósito. La expresión לְאִשָּׁה (l’ishah) – “para ser una mujer”, אִשָּׁה (ishah) אִישׁ (ish), que significa “hombre”, nos muestra esa profunda conexión e interdependencia entre el hombre y la mujer, y por ende, entre toda la humanidad.

Al hacer referencia a וַיְבִאֶהָ אֶל־הָאָדָם (va-yevi’eha el-ha-adam) – “y la trajo al hombre”, el verbo וַיְבִאֶהָ (va-yevi’eha) implica un acto de presentación, lo que sugiere que Él no solo creó a la mujer, sino que la introdujo en la vida de Adán como su complemento perfecto. Por ello, la gematría de בָּנָה (banah – construir) 57 (ב=2, נ=50, ה=5) nos vuelve a presentar el acto de creación como un proceso de formación, que implica nuestra construcción, la cual parte de lo verbal, de renombrar lo creado. Siendo אִשָּׁה (ishah – mujer), con un valor de 306 (א=1, ש=300, ה=5), quien tiene la capacidad de ser el canal de vida para que esa relación nos reconecte con lo espiritual a partir de lo físico.

La mujer es presentada no como un ser secundario, sino como una construcción divina que completa al hombre, reflejando la intención del Creador de que el ser humano no esté solo, sino en relación con lo creado, ya que estamos destinados a vivir en conexión y reciprocidad, gracias a relaciones profundas y significativas que requieren esfuerzo y construcción. No se trata solo de encontrar a alguien, sino de construir una relación basada en respeto, amor y propósito compartido.

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