Mi Parashá – Génesis 5:26
Matusalén (מְתוּשֶׁלַח, Metushelach) es una figura significativa tanto por su longevidad como por su rol en la continuación del linaje que llevaría a Noé. El hecho de que viviera ochocientos dos años después de engendrar a Lamec destaca la persistencia y la expansión de su legado espiritual a lo largo de un tiempo considerable.
El número ochocientos (800) está asociado con la trascendencia y con aquello que va más allá de lo material, mientras que los dos años adicionales pueden simbolizar un periodo de unión o integración de diferentes aspectos espirituales en su vida. Esto sugiere que la vida de Matusalén fue más que simplemente prolongada; fue una vida de expansión espiritual y de influencia duradera.
El número 802, al desglosarse, simboliza la trascendencia espiritual, ya que el 2, asociado con la dualidad, la asociación y la unión, nos sugiere que la vida de Matusalén después de engendrar a Lamec estuvo marcada por la unión de lo espiritual y lo material, lo cual permitió que su legado continuara a través de sus hijos e hijas.
Además, el número 802 puede ser visto como una manifestación de estabilidad y de equilibrio, indicando que Matusalén mantuvo una vida de justicia y rectitud incluso después de haber asumido la responsabilidad de guiar a la siguiente generación.