
Mi Parashá – Génesis 8:8
No es extraño que la siguiente ave que volara los cielos no fuese el cuervo, que representa esa incertidumbre que nos llama a la paciencia, sino una paloma, “יוֹנָה” (Yonah), que tiene un valor numérico de 71, lo cual nos lleva a la idea de verla como un símbolo de la paz, la esperanza y la conexión con lo divino.
No es casualidad que, para los creyentes, la paloma signifique esperanza y renovación. Es un ave que, desde entonces, se entiende como mensajera y que, vista desde la espiritualidad, nos da señales de renovación y vida, especialmente en un mundo que ha pasado por un juicio devastador.
La expresión “לִרְאוֹת” (Lirot – “ver”), con un valor de 237, nos reitera la necesidad de esa búsqueda espiritual, pero hace énfasis en el intento de percibir lo que está más allá de lo visible, esas señales divinas que simbolizan la posibilidad de un nuevo comienzo para nuestras experiencias.
A diferencia del cuervo, que representaba la incertidumbre y la prueba sin resultado, la paloma simboliza una búsqueda más definida y dirigida hacia la paz y la restauración. Es por ello que, al complementar el contexto con la palabra “פְּנֵי” (Penei – “superficie”) y su valor de 180, debemos entender que dicha ave, símbolo del alma en busca de su hogar espiritual, va encontrando sus respuestas gracias a que mantuvo la esperanza y la fe en tiempos de prueba.
Cada signo lingüístico contiene elementos llenos de significado, por lo que esa paz y armonía que simboliza la paloma debe inspirarnos a seguir buscando señales de esperanza y renovación, incluso cuando las circunstancias parecen desalentadoras, confiando en que, después de las pruebas, siempre existe la posibilidad de encontrar un nuevo comienzo y un camino hacia la paz.
El proceso de búsqueda y renovación es esencial en nuestro crecimiento espiritual y personal. Al igual que Noé envió a la paloma, nosotros también debemos estar dispuestos a buscar activamente las señales de cambio y estar preparados para recibir el nuevo ciclo que estas señales anuncian.