Back

Mi Kabbala – Adar 26 – 5785 / Miércoles 26 de marzo del 2025.

¿Sacrificios?

El Texto de Textos nos revela en Números 19:1, “El Creador les dijo a Moisés y a Aarón: «Este mandamiento hace parte de la ley que yo, el Creador, establezco: Díganles a los israelitas que traigan una vaca rojiza que no tenga ningún defecto y a la que nunca le hayan puesto yugo”.

Algunos animales como los becerros, los corderos (שֶׂה, seh), los toros, las vacas, en fin, los ovinos, representan para ciertas creencias simbolismos que no son nada fáciles de digerir, pero vale la pena intentar extraer algunas enseñanzas incluso de los ritos y mitos que sobre ellos se tejen, es por ello que las vacas flacas que implica que las cosas no están funcionando bien, es un llamado no tanto a la suerte, como sí para revisarnos al respecto de esas palabras, pensamientos y acciones que tenemos en nuestro ser y que vale la pena: sacar, evacuar, transformar en pro de purificarnos en pro que las cosas cambien.

El pueblo hebreo celebra la Pará Adumá o vaca roja (פָּרָה אֲרֻמָּה) conmemoración que contiene uno de los elementos esenciales de purificación en el Templo Sagrado en el Beit Hamikdash (בית המקדש), ello debido a que este animal es extremadamente raro y más hoy en día, por lo que de acuerdo a dichas creencias esa vaca, debía ser completamente roja en todo su pelaje, además, dicho animal no debía haber trabajado nunca para poder obtener a través de ella la purificación, la misma que como creyentes se logra simplemente por la Fe en nuestro Señor Jesucristo.

Tradición que al hablarnos de esa vaca para ser sacrificada en un lugar cercano al Templo, y sus cenizas (אֵ֫פֶר, epher) mezcladas en agua y otros ingredientes, para luego ser usados estos para limpiar a las personas que se quedaron ritualmente impuras por haber tenido contacto con algún cadáver, ello para que al salpicar a esta persona con esa agua dicho proceso de purificación, al término del séptimo, le permitiera poder ingresar al templo ya puto, proceso de interiorización que en el fondo nos habla del nacer de nuevo.

Elllo le da al precepto de la “vaca roja” la categoría de Jukat (חֻקַּת) o decreto, leyes que no somos capaces de entender en su contexto, lo que llevado a esa celebración de la vaca roja, nos lleva no solo a interiorizar algunas Mitzvà (מצוה), sino sobre todo a comprender que esa exclusividad de tan solo nueve vacas rojas durante la historia del pueblo, nos lleva a asumir que para purificarnos el decimo y principal acto de fe es aceptar al Mashíaj (Mesías) nuestro nuestro Rey humanado, unico capaz de purificarnos plenamente al nacer de nuevo gracias a su redención.

Ezequiel (יְחֶזְקֵאל, Yejezkel) como profeta nos llama a entender que nuestra fortaleza está en el Creador y por ello, analogía que él mismo hizo entre la vaca roja y el Mesías, por lo que como creyentes debemos intentar vislumbrar en toda celebración, rito o mito, no tanto las rutinas de dichos actos, como si la búsqueda de comprender la importancia de purificarnos a diario no solo a través de una limpieza física, corporal o de nuestro hogar, sino a través de sacrificios que cargados de oración, lectura de la Biblia y guía del Espíritu Santo nos alejen de ciertas palabras, pensamientos y acciones, ya que de ellos se derivan, regularmente nuestra lejanía, la misma que afecta directamente nuestras vidas.

El Texto de Textos nos revela en Marcos 11:17, “y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones”.

Oremos para que en todo tiempo estemos puros conforme a la fe en Él.

Leave A Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *