Back

Mi Kabbala – Jeshván 5, 5785 – Miércoles 6 de noviembre del 2024

¿Voluntad?

El Texto de Textos nos revela en Isaías 9:2, “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos”.

Nuestras intenciones, convertidas en deseos, חֲשָׁקִים (jashakim), proyectan en nuestro ser interior motivaciones y búsquedas que tratamos de reflejar en nuestro entorno vital. Sin embargo, una cosa es la realidad que experimentamos en nuestras mentes y otra lo que intentamos accionar. Es necesario que sus chispas de luz, producto de su palabra, se articulen con las nuestras. Este proceso de orientación en nuestra coexistencia, además de comprenderse, debe fundamentarse en nuestras percepciones, para evitar multiplicar esas confusiones egocéntricas que oscurecen nuestros días y nos hacen perder el cogobierno de nuestro libre albedrío.

Al principio, su voluntad, רָצוֹן (ratzón), iluminó lo creado para recrearnos, desde nuestra oscuridad, en esas imágenes. Por ello, debemos dejarnos guiar por esas chispas de luz que vibran con su palabra, permitiéndonos cruzar esta dimensión del pecado que nos separó de Él, pero que a la vez nos da la posibilidad de retornar voluntariamente a su lado. Este escenario nos confunde, llenándonos de anhelos fragmentados que influyen en nuestro esquema emocional, de modo que nuestra racionalidad necesita ser tocada por Él para elevar nuestro entendimiento a Kéter (Corona), permitiéndonos así cogobernarnos.

La palabra “mal” en hebreo se dice רַע (ra), lo que, según algunos estudiosos, significa “ratzón atzmí” o “voluntad egoísta”. Fruto de ese libre albedrío que Él nos concedió, recreamos nuestro mundo a través de nuestras elecciones libres, originando deseos que, al derivarse del pecado, nos generan emociones tóxicas. Sin embargo, estas emociones nos sirven para entender que todo en este mundo es su obra y que nuestra elección necesita de su guía, la cual se convierte en luz mediante su Palabra y permite que todo fluya con su energía, de manera que podamos coexistir armónicamente con Él.

Jojmá o Chokmâh (חכמה, sabiduría), como la segunda Sefirá, junto con Biná (Comprensión), nos muestra que necesitamos formar una masa crítica y un sistema basado en Él, para promover la armonía que implica vernos, sentirnos y aceptarnos como un todo. Al mover nuestra voluntad, generamos choques energéticos que deben articularse en el conjunto, de modo que, entre otras cosas, aprendamos a compartir en lugar de competir. Esto nos permitirá reconocer nuestras oscuridades interiores, percibirnos como seres de luz llamados a integrarnos, acercarnos y armonizarnos, viendo esa luz divina como un vínculo que nos reorienta, desde nuestras emociones y nuestra razón, hacia Él.

Nuestra voluntad se convierte en palabra, en luz, en energía en movimiento, que necesita coordinarse con esa luz superior para no generar caos y vislumbrar su armonía. De lo contrario, si no tomamos conciencia y continuamos promoviendo la inconsciencia fruto de nuestras ignorancias irracionales, terminamos presos y esclavos de una serie de errores. Estos nos llaman a caminar unidos, sumando nuestras voluntades a la Voluntad Superior, en lugar de seguir a Baal o a Belcebú (בַּעַל זְבוּב), quien, como una alucinación, se apodera de nuestra bejirá (libertad), hasta que aprendamos a distinguir entre lo que está bien o no.

El Texto de Textos nos revela en I de Pedro 5:6, “humillaos, pues, bajo la poderosa mano del Creador, para que él os exalte cuando fuere tiempo”.

Oremos para que todo rayo de luz nos invite a amar la Creación.

Leave A Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *