Mi Kabbala – Kislev 18, 5785 – Miércoles 18 de diciembre del 2024.
¿Bestias?
El Texto de Textos nos revela en Apocalipsis 14:1, “después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente”.
Algunas personas actúan inconscientemente, como bestias, bememot בהמות, cifra 666 que en la gematría al degradarse a un digito, es 9, para denotarnos que perdemos nuestra alma al vibrar alejados de Él, lucha interior en pro de ser aceptados, valorados, amados y reconocidos más que por los demás, por Él, lo que implica que al hacer una analogía de esta visión con el libro del Apocalipsis, que establece que 144.000 serán los redimidos, logremos al llevar dicha cifra a un digito, volver al 9, cifra que nos señala que por Fe nos quitarnos esa marca de la mente al reconocemos como Sus hijos.
Número nueve, tish´a תִּשְׁעָה, que nos llama a destacarnos y a cumplir a la perfección con ese plan divino de entregarnos a Él sin límites, enfocándonos en esa dimensión divina, ilimitada e infinita que nos otorga esa guía para reencontrarnos con todo aquello que va más allá de nuestras simbologías e imaginarios mundanos, elevando nuestra conciencia, gracias a que esas búsqueda espiritual nos posibilitan profundizar en todo aquello que nos motiva a dejar a un lado nuestras fallas e imperfecciones paridas desde el pecado y dejar de actuar desde una animalidad irracional que solamente nos esclaviza.
Desde la gematria גימטריה, el nueve es el único número dentro de esa dimensión que contiene las vibraciones de todos los demás, lo que nos lleva a deducir que al acercarnos a Él recibimos un compendio de lo mejor de Él para minimizar lo peor de nuestras características pecaminosas, ya que de lo que se trata es que todos nuestros conocimientos sean útiles gracias a que nos reconocemos voluntariamente en Él cogobernar así nuestros diarios comportamientos, forjándonos hacia otros senderos en donde el ego ya no logre infectarnos y a la vez nuestras interrelaciones con las de otras personas.
Para algunos estudiosos Geburáh גבורה, la quinta Sefirot del Árbol de la vida, nos recuerda el heroísmo del ermitaño, como llamado a atender la importancia de la prudencia, de la sabiduría incluso de la soledad para alcanzar esos niveles elevados en donde debemos reconectarnos con el universo celestial y sus constelaciones, aceptando que todo nos afecta, ya que hacemos parte integral de un mundo en el que debemos propender por su armónica, coordinando nuestros interacciones usando nuestros dones y creatividad para acercarnos a Él a través de nuestros conocimientos.
Hemah, Af, אף, que traduce Ira Divina, es tan solo otro llamado en pro de evitar el aferramos a un mundo egocéntrico y a sus creencias complejas que nos incitan a darle más preponderancia a lo oscuro de nuestras búsquedas personales, que a la luz del Creador, lo cual domina nuestras coexistencias, por lo que debemos entender que incluso todos los signos, símbolos o números contienen esas señales y preceptos que nos motivan a amarnos como lo que somos: hijos, en vez de seguirnos distrayendo en divisiones.
El Texto de Textos nos revela en Romanos 9:17, “porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. 18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece”.
Oremos para que sea la sabiduría divina la que guie nuestras vidas.