Mi Parashá – Génesis 2:14
Interpretar estos versículos más allá del concepto humano de ríos, intentando ubicarlos en nuestros mapas terrenales, es obviar que el Edén y aquellos ríos que de él salían para regar el jardín deben interpretarse desde una perspectiva espiritual. El río והנהר (V’ha-nahar) nos proyecta, a través del signo lingüístico ו, esa conexión y continuidad que debemos mantener con Él. Por ello, el concepto de “el cuarto” הרביעי (ha-r’vii) más que un número, nos sugiere esas cuatro letras de donde partió todo lo creado: el Tetragrámaton.
Nombre sagrado de nuestro Creador para algunos (יהוה – YHWH), que dio vida y sentido a todo gracias a la vibración de Su Palabra, la misma que se convierte en Luz y agua: creación. Es por ello que פרת (Prat) más que describirnos el río Éufrates, en gematría, con un valor de 680 (פ=80, ר=200, ת=400), nos habla de una característica: fertilidad, la cual abunda en esta creación, ya que Él es vida.
Quienes consideran el Éufrates como ese río vital en las antiguas civilizaciones, olvidan que los contextos bíblicos son diferentes a los nuestros y que todos sus versículos nos llaman a reconocernos como sus hijos y a volver a ser uno con Él. Esta fragmentación no debe entenderse como un castigo, sino como la oportunidad de aprender a coordinar el don del libre albedrío en un espacio que, al estar alejado de Él, tiene una idea errada de lo que es la integridad y la plenitud de nuestro Padre Celestial.
El hecho de que el Éufrates sea el cuarto río mencionado puede sugerir la necesidad de balancear los aspectos materiales y espirituales en nuestra existencia, reconociendo la influencia divina que fluye a través de todas las cosas. No perdamos de vista que Edén debe entenderse como una prefiguración del futuro estado redentor de la humanidad, el tiempo en donde reinará nuestro Mashíaj (Mesías), eternidad en donde se restaurará el equilibrio perdido y se logrará una nueva armonía entre lo espiritual y lo material, retorno en donde alcanzaremos ese nivel elevado de conciencia que nos reconecte con el Creador.