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Perlas Cotidianas – Disfraces?

El pecado, jata (חָטָא), mora en nuestro cuerpo llevándonos a hacer incluso aquello que reconocemos no es sano para nuestras vidas.  

Queremos cubrir, kasah (כָּסָה), con incoherencias ese vacío que solo podemos llenar con Èl y su amor.

Una perla cotidiana nos llama a “dar de lo mejor de nosotros así esos otros nos devuelvan apartes de lo único que tienen”. 

Nuestros vestuarios, labash (לבשׁ) solo cubren nuestra vergüenza de reconocernos desconectados de Èl.

Cuentan, que cuando esperamos en Él, por fe nos esforzaremos para hacerlo realidad.

La carne, guf (גוף) de nuestro cuerpo nos recuerda incluso desde sus apariencias superficiales las impurezas que nos contaminan.  

Como Abdías, ʿŌḇaḏyā (עֹבַדְיָה), estamos llamados a servir al Creador, dejando de retroalimentarnos de frutos prohibidos.

El Texto de Textos nos revela en Mateo 3:4, “y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas y miel silvestre”.

Amemos nuestras cotidianidades…!Transformándonos!

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